sábado, 2 de julio de 2011

Rosa con rosa

Miro la flor, la huelo, la toco. Pareciera resistirse a la muerte. A esa muerte que yo pretendí acelerar alejándola del agua, la luz, y el aire. La encerré antes de irme, no la he liberado, y sigue allí, tersa, suave, con ese olor...roja furiosa.
El último objeto que recibí de él fue esa rosa. Cuando la compré me di cuenta de que era desubicado. Envuelta en papel celofán transparente, con una rosa atípica de regalo. Porque era un regalo, un regalo que aún no entiendo, pues debió ser significativo ¿Significar qué? Compró la rosa, quizá la escogió, quizá no, la llevó escondida... yo no la vi hasta que me la entregó en las manos, en realidad desde que salí de mi casa hasta que me pasó la flor, yo no vi. Nada. Me la dio diciendo "te traje esto". No supe qué decir, pues recién despertaba. Silencio. Miradas que no se cruzaron. ¿Por qué? No sé, cuando la compré me di cuenta que era desubicado. Gracias, está bonita. Silencio.
Ahora pienso en las flores silvestres, con pésimo olor y hermosos colores que se dio el trabajo de cortar y dejar en la reja de mi casa... esconderse... llamar para decir que dejó por error un ramo de flores en la reja de mi casa. Eran unas flores francamente feas, con pésimo olor y hermosos colores. Casi muero de la emoción. Salí. Era obvio que estaba merodeando por ahí. Lo llamé, lo busqué con la mirada. Corté el juego y entré a mi casa. Fue y dijo. Que eres fome, estaba ahí mismo, ni te esforzaste por encontrarme. Es cierto. En realidad mi ánimo no era para juegos. Y no, no jugué. Era entretenida, innovadora, bonita. Pero quedó ahí. Porque no estaba de ánimos. Y así cuántas cosas han quedado en el olvido porque no andábamos de ánimos. Situaciones, cartas, regalos, momentos, proyectos, vacaciones soñadas... ¿cuánto más hay que esperar para estar seguro? ¿Cuánto más hay que vivir para olvidar y salirse? ¿Hasta cuándo? ¿Será normal el miedo?

2 comentarios:

  1. Eran las únicas que habían, lo siento :p… En lo otro, claramente quería jugar, pero no con malas intenciones, sino para sacarte de ahi un rato y hacerte soñar. Supongo que es lo mismo con ese corazón de cosas verdes que tiro a la gente, en primavera. O los aviones. Quizás no estaban los ánimos simplemente, cosas que no se supieron decir. Me pregunto, ¿Cuántas veces habremos estado así, y luego dejando que pasaran?… Eramos viciosos

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  2. Pucha, hemos conversado cientos de veces estos temas, y sí, éramos viciosos… pero… bueno. Ahora todo está bien.

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