De camino a casa pensaba en la muerte. Pensaba en el alivio que significaría para mí que de pronto mi cuerpo explosionara o bien, muchos de los que me rodean. ¡Qué ganas me dan!
No pienso en el suicidio, pienso en la muerte. Pienso en una relación de respeto y agradecimiento.
Es impresionante cómo vienen ideas de ese estilo a mi cabeza, y se multiplican mil veces de noche. Los sueños llegan mucho más lejos, imagino no solo muertes deseadas sino asesinatos. Muero porque desaparezcan de mi vida y poder respirar con alivio. No volver a escuchar ni sus voces ni sus nombres, a menos que no se refieran a ellos.
Muero, muero por desvanecerme en la nada y mimetizarme con su apacible existencia intangible. Volverme nada es el sueño mayor que he tenido.
Añoro la muerte, añoro que se entrometa entre nosotros y no se detenga hasta hacer valer la mayor de las justicias.
Añoro silencio, añoro tranquilidad. Añoro sonrisas, silenciosas y sinceras. Sonrisas ciertamente perfectas.
Me lleno de deseos y añoranzas mientras ellos se vuelven carbón, del que contamina más de lo permitido.
No pienso en el suicidio, pienso en la muerte. Pienso en una relación de respeto y agradecimiento.
Es impresionante cómo vienen ideas de ese estilo a mi cabeza, y se multiplican mil veces de noche. Los sueños llegan mucho más lejos, imagino no solo muertes deseadas sino asesinatos. Muero porque desaparezcan de mi vida y poder respirar con alivio. No volver a escuchar ni sus voces ni sus nombres, a menos que no se refieran a ellos.
Muero, muero por desvanecerme en la nada y mimetizarme con su apacible existencia intangible. Volverme nada es el sueño mayor que he tenido.
Añoro la muerte, añoro que se entrometa entre nosotros y no se detenga hasta hacer valer la mayor de las justicias.
Añoro silencio, añoro tranquilidad. Añoro sonrisas, silenciosas y sinceras. Sonrisas ciertamente perfectas.
Me lleno de deseos y añoranzas mientras ellos se vuelven carbón, del que contamina más de lo permitido.
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