Cocina y ve tele.
A veces se baña, a veces cose, a veces sale a fumar a la calle.
Casi siempre grita, se enoja y llora.
Ese día yo me fui a probar ropa a su pieza, ropa de esa que nos regala la tía Violeta, o Daniela, pero que la trae la tía Violeta, y cuando ya me la había probado toda, me di cuenta que a ella también le trajeron ropa. [Cuando ni mi hermana ni yo estamos en casa, la tía le pasa la ropa a ella, para que la reparta más tarde, cuando lleguemos].
También me la probé, porque había ropa de mi talla entre medio.
Al día siguiente le pregunté de quién era esa ropa, ella dijo: la compré en la feria para la señora de más allá que no tiene, se la pienso regalar.
Ante eso no pude hacer nada, era un hermoso gesto de su parte.
Pasaron unas horas, o minutos, y la ropa ya no estaba por ninguna parte, pero ella no había salido de la casa: la escondió, pensé.
Ahora han pasado meses, yo creo que incluso más de un año.
Llegué a la casa el otro día, y miré que arriba de la enceradora había un paño muy parecido al chaleco que le pregunté esa vez y que dijo que era pa' la señora de más allá.
Era el chaleco. Lo escondió más de un año, y ahora lo usa para sacar brillo.
A veces se baña, a veces cose, a veces sale a fumar a la calle.
Casi siempre grita, se enoja y llora.
Ese día yo me fui a probar ropa a su pieza, ropa de esa que nos regala la tía Violeta, o Daniela, pero que la trae la tía Violeta, y cuando ya me la había probado toda, me di cuenta que a ella también le trajeron ropa. [Cuando ni mi hermana ni yo estamos en casa, la tía le pasa la ropa a ella, para que la reparta más tarde, cuando lleguemos].
También me la probé, porque había ropa de mi talla entre medio.
Al día siguiente le pregunté de quién era esa ropa, ella dijo: la compré en la feria para la señora de más allá que no tiene, se la pienso regalar.
Ante eso no pude hacer nada, era un hermoso gesto de su parte.
Pasaron unas horas, o minutos, y la ropa ya no estaba por ninguna parte, pero ella no había salido de la casa: la escondió, pensé.
Ahora han pasado meses, yo creo que incluso más de un año.
Llegué a la casa el otro día, y miré que arriba de la enceradora había un paño muy parecido al chaleco que le pregunté esa vez y que dijo que era pa' la señora de más allá.
Era el chaleco. Lo escondió más de un año, y ahora lo usa para sacar brillo.
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