jueves, 22 de julio de 2010

Muerte

A veces uno no se da cuenta de lo cerca que tenemos a este personaje. Pero sin duda se encuentra en todas las vidas. Lo importante no es temerle, ni intentar rehusarse a seguirlo, lo importante es vivir bien vivida la vida, para que cuando llegue la hora, ya haya sido suficiente.

No perder el tiempo.

Mi abuela


Cocina y ve tele.
A veces se baña, a veces cose, a veces sale a fumar a la calle.
Casi siempre grita, se enoja y llora.

Ese día yo me fui a probar ropa a su pieza, ropa de esa que nos regala la tía Violeta, o Daniela, pero que la trae la tía Violeta, y cuando ya me la había probado toda, me di cuenta que a ella también le trajeron ropa. [Cuando ni mi hermana ni yo estamos en casa, la tía le pasa la ropa a ella, para que la reparta más tarde, cuando lleguemos].

También me la probé, porque había ropa de mi talla entre medio.
Al día siguiente le pregunté de quién era esa ropa, ella dijo: la compré en la feria para la señora de más allá que no tiene, se la pienso regalar.
Ante eso no pude hacer nada, era un hermoso gesto de su parte.
Pasaron unas horas, o minutos, y la ropa ya no estaba por ninguna parte, pero ella no había salido de la casa: la escondió, pensé.
Ahora han pasado meses, yo creo que incluso más de un año.
Llegué a la casa el otro día, y miré que arriba de la enceradora había un paño muy parecido al chaleco que le pregunté esa vez y que dijo que era pa' la señora de más allá.

Era el chaleco. Lo escondió más de un año, y ahora lo usa para sacar brillo.

Ansiedad


Ella tarda más que todos los demás cada noche en ir a la cama. Mas no en dormirse.
Ella no puede controlar su ansiedad, ella no puede lidiar con los problemas, no puede arreglarlos ni vivir con ellos.
Ella come a escondidas.
Su hermana trata de que sea mejor. Trata de que sea bella. Trata de que sea sana.
Ella come a escondidas.
Ella esta noche ha entrado a la pieza que comparte con las otras dos. Ella esta vez calcula mal los pasos porque le han sido encargadas otras labores. Ella descuida la principal, y de la bata roja se le cae el pan, las dos mitades de marraquetas unidas y partidas a la vez.
Se le cae el pan, ella no se da cuenta, yo sí. Ella deja sobre la banca lo que le ha pedido la otra. Esta le da las gracias. Al volver para tomar el vaso de agua para la otra, chocan abruptamente sus pies con la marraqueta cortada. Ella se avergüeza, me mira con temor, cree que me di cuenta. Hago como si no, pongo mi mejor cara de nada. Ella me cree. Empuja con su pie derecho el pan mientras me mira fijamente con esa cara que la hubiera delatado incluso si no hubiese sido testigo de la evidencia. Ella toma el vaso y lo deja donde le pidió la otra. Recoge el pan y lo deja donde presumo deja la comida todas las noches.
A veces la descubro. A veces la reto. A veces trato de no herirla. A veces hago como que no me importa.
Ella come a escondidas.
Luego ve televisión, y comenta cuando vacia la boca. En los otros momentos toma la precaución de no hablar con la boca llena. Puede ser descubierta.
Ella come a escondidas.
A mí se me aprieta la garganta.

jueves, 15 de julio de 2010

A Ti (solo si existes)


¿Por qué me diste esta mamá? ¿Qué más tengo que aprender de ella? Ya es suficiente.
¿Por qué hiciste que mi papá se encontrara con esa mujer? ¿Era necesario que fuera con alguien que no le permitiera tener cerca a sus hijas? Su envidia la deja muy lejos de nosotras. Yo quiero que esté más cerca. ¿Para qué me lo diste y me hiciste conocerlo si me lo ibas a quitar?

¿Por qué en mi familia hay tanta caca? ¿Era necesaria mi niñez tal como la tuve?
¿Por qué tantos focos de delincuencia y drogadicción?
¿Por qué tanta perversión?
¿Por qué tanta pobreza?
Y lo peor ¿¡Por qué tanta ignorancia!?

¿No voy a morir de pena, cierto?