Es complejo decir con palabras lo que siento. Muy complejo. Principalmente porque el sentimiento no es sencillo, es una especie de mezcla entre desprecio, repudio, rabia, vergüenza, y otros más por definir. Es una mezcla como resultado de un proceso electoral democrático (voluntario) en el que muchos movimos la raja para entregar con muchísima esperanza un voto, al que casi le dimos un beso antes de insertar en una de las cajas de plástico. Un voto que pretendía venir a renovar la bancada y las ideas políticas que nos tienen cansados, porque solo representan el fantasma de la Dictadura. El sistema económico insertado en Chile por Augusto Pinochet Ugarte es nuestro mayor pesar. Y cada día, cuando nos levantamos a trabajar, o cuando miramos a nuestros sobrinos, o hijos, pensamos: "ojalá que estos cambien algo en el futuro, porque mi generación parece que no está muy dispuesta".
La primera vez que postuló Piñera, tuve tanto miedo que, con apenas 19 años me fui a inscribir voluntariamente y ejercí mi deber/derecho de sufragar (en ese tiempo era obligatorio el voto). Esa vez tuve tanto miedo que en segunda vuelta voté por Frei (Ruiz-Tagle). Solo porque tenía miedo de que alguien que adora el modelo, como todos los que se han enriquecido gracias a él, liderada mi país.
Ahora, que sé que puede salir de nuevo, tengo menos miedo. Tengo menos miedo porque sé que si deja la cagá (como probablemente suceda) la gente va a ir a votar por el Frente Amplio luego de los siguientes 4 años.
Piñera es un ser despreciable. Y mucho.
Ha hecho, bajo el marco de la ley, muchísimas acciones de dudosa ética. Observa el mundo y el país desde la visión de un despiadado empresario. Cree que una solución factible para mejorar las pensiones de vejez, es que trabajemos hasta los 70 años. Cree que la gratuidad es negativa, puesto que la educación la ve como un bien de consumo. Él cree que las mujeres somos MUY diferentes a los hombres, y cree que la Constitución no tiene ningún problema.
Piñera no ve a Chile, ve su billetera. Ve a su "familia".
Pero la gente, que sigue siendo muy idiota, escogió a 20 diputados del Frente Amplio, pero votó por dos candidatos que defienden esas ideas retrógadas, y peor, ese modelo.
¿Hasta cuándo, chilenos?
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