Este año, en el verano, una comediante chilena "reconocida" llamada Natalia Valdebenito dijo en un momento de su rutina de Viña del Mar que el año pasado había sido para ella el año del "pico en el ojo". Y aunque yo odio usar la palabra pico, y de hecho casi no la uso, me reí a carcajadas; entendí inmediatamente el sentido del dicho.
Uno, en general, lo pasa mal. Quizá no tan mal, pero mal igual. Y año tras año, desde que tenía 13, he sentido en algún momento del año; "este ha sido el peor año de mi vida", lo que es lo mismo que decir: "este ha sido el año del pico en el ojo". Y debo decir, que DEFINITIVAMENTE ESTE HA SIDO EL PEOR AÑO DE MI VIDA.
De partida, no recuerdo ningún año (a pesar de haber tenido depresión incluso) que haya llorado tanto. Qué manera este año de lavar los ojos de adentro hacia afuera. Qué manera de contraer el estómago y hacer saltar el pecho. Qué manera de callar mi llanto, intentando respirar y calmar la presión que el maldito llanto -que se descontrola y se manda solo- ejerce contra mi hermoso rostro sonriente.
Hoy se celebró el día del profesor en el ATA. Raro. Fue como una especie de "concierto", y los profes éramos "las estrellas". Todo el estudiantado del Colegio se reunió en el Gimnasio, y no nos dejaban "entrar". Luego, por fin nos hicieron pasar y ellas se colocaron de modo que formaron una especie de "túnel" en el que gritaban, como si uno de verdad fuera cantante famosa. Fue vergonzoso. Yo soy muy vergonzosa. Adentro de la sala no, ni en la casa, ni en la calle, ni... pero frente a mucha gente, que sé que sabe quién soy, me da mucha vergüenza. Pasé y me senté avergonzada. Incluso me senté en un lugar donde estaba vacío, sin pensar si era o no el correcto, como diciendo en mi mente: "aquí podré ocultarme".
Los gritos, ALTIRO, me hicieron llorar. Ni siquiera sabía ni intiuía qué iban a hacer en el "acto cívico" y yo ya estaba llorando como describí antes; el maldito llanto atacó mi pecho y rostro, que tiritaban como gelatina, y me salían y me salían y me salían lágrimas. Y yo me negaba a que se dieran cuenta de esto y me secaba y me secaba las lágrimas. Pero Mirko se dio vuelta, me miró y vio las lágrimas. Quiso ser amable, o despistado y me dijo: "tienes cara de sueño", y yo le hice un gesto raro y comprendió de inmediato que no eran lágrimas de un gran bostezo. Y me dijo: "tení penita", y yo asentí. Luego dijo: "¿por qué?", y yo negué con la cabeza. Dijo entonces: "después hablamos", y yo asentí por última vez. Se volvió a colocar mirando hacia adelante para no importunarme y entonces yo rompí en llanto otra vez. Hasta "cantando" el Himno nacional, lloré.
Los gritos, ALTIRO, me hicieron llorar. Ni siquiera sabía ni intiuía qué iban a hacer en el "acto cívico" y yo ya estaba llorando como describí antes; el maldito llanto atacó mi pecho y rostro, que tiritaban como gelatina, y me salían y me salían y me salían lágrimas. Y yo me negaba a que se dieran cuenta de esto y me secaba y me secaba las lágrimas. Pero Mirko se dio vuelta, me miró y vio las lágrimas. Quiso ser amable, o despistado y me dijo: "tienes cara de sueño", y yo le hice un gesto raro y comprendió de inmediato que no eran lágrimas de un gran bostezo. Y me dijo: "tení penita", y yo asentí. Luego dijo: "¿por qué?", y yo negué con la cabeza. Dijo entonces: "después hablamos", y yo asentí por última vez. Se volvió a colocar mirando hacia adelante para no importunarme y entonces yo rompí en llanto otra vez. Hasta "cantando" el Himno nacional, lloré.
Luego, hubo una serie de números artísticos que me hicieron sonreír principalmente. Son bonitas las niñas de primero básico. Dijeron una poesía de "la maestra", y bailaron vestidas de "hippies" estilo "onda disco". Fue excelente. Una niña de octavo que aún no conozco y otra de cuarto medio A que no es humanista, también participaron. Fue bello.
Unas niñas cantaron dos canciones que yo sé que son conocidas porque mucha gente las cantó, pero yo no conocía ni me sabía ninguna. Igual estuvieron buenas. Le puso una de las niñas mucho talento. Me reí de eso también, pero de alegría, no burlescamente.
La última parte del acto fue la peor, hicieron una especie de video con fotos de "momentos graciosos" con nosotros fuera del aula. Y partieron por Lenguaje, y partieron conmigo, que soy la nueva. O eso recuerdo. Lloré, ahí sí que lloré todo el maldito video. Recordé lo complicado, lo desgraciado que ha sido este maldito año. Las noches en que me ha sido difícil dormir porque el llanto no me deja conciliar el sueño. Las veces en que ni la ducha, ni el desayuno, ni el viento en la cara yéndome al Colegio en bici, me han logrado despertar; hay días en que lo único que me despierta es el saludo cariñoso de mis estudiantas preciosas. Sus abrazos, sus "¿cómo está?, ¿cómo se siente?". A veces no les he mentido y les he dicho: "no sé..." y otras les digo que "bien". Pero ellas en mi cara saben la verdad.
Los días más felices son los lunes y jueves, que mi día empieza con el Iro medio B(ailarín). Son hermosas. Realmente lo mejor; me quieren. Hoy me invitaron a su convivencia, yo fui porque pensé que ya había llorado mucho en el acto, y que me iba a contener. Pero no. Me aguanté. Me leyeron una carta a mí primero, luego a la Miss Karen, y luego al profe Mirko. La carta era hermosa. Me decían explícitamente que me quieren, que valoran cada una de las babosadas que hago y hasta me pedían disculpas por ser tan ... tan como son. Me encantan.
Luego la Gheder se despidió. Esa parte fue complicada. Tuve que contenerme aún más. Todavía me duele la garganta por aguantarme tanto rato el llanto, pero de verdad que no podía seguir llorando.
Los días más felices son los lunes y jueves, que mi día empieza con el Iro medio B(ailarín). Son hermosas. Realmente lo mejor; me quieren. Hoy me invitaron a su convivencia, yo fui porque pensé que ya había llorado mucho en el acto, y que me iba a contener. Pero no. Me aguanté. Me leyeron una carta a mí primero, luego a la Miss Karen, y luego al profe Mirko. La carta era hermosa. Me decían explícitamente que me quieren, que valoran cada una de las babosadas que hago y hasta me pedían disculpas por ser tan ... tan como son. Me encantan.
Luego la Gheder se despidió. Esa parte fue complicada. Tuve que contenerme aún más. Todavía me duele la garganta por aguantarme tanto rato el llanto, pero de verdad que no podía seguir llorando.
Después la Gheder me acompañó a la feria, yo pensé que se había ido. Y no pude decirle nada importante tampoco. Pero es una loca bacán, de esas que hay que tener cerca siempre. Le va a ir bien. Aunque le vaya mal, le va a ir bien, porque lo merece; es profunda, muy filosófica. Y es fuerte.
Es linda la Gheder.
Terminé cansada de tanto llorar hoy.
Después vimos una obra en clases, que salió bastante bien, a pesar de las 2500 veces que improvisaron, y mis otras pobres niñas quedaron "vestidas y maquilladas". Qué lástima. Justo hoy Esteban me pone misiones que debía cumplir TEMPRANO, y no pude quedarme a la hora de almuerzo para ver la otra obra. Si con todo lo que tragaron en la convivencia, almorzar era pecado...
Dormí toda la tarde.
Siempre mis viernes son para aprovechar "que salgo temprano" y trabajar y trabajar. Pero hoy no, porque era "el día del profe". Así que descansé en mi día.
Me siento agradecida.
Me siento desesperada porque se acabe pronto este maldito año para que el próximo lo sigamos pasando bien en la sala, y en el patio, y en la biblioteca, y en todos lados, pero sin tanta pena, sin que se muera nadie, ni me enferme TANTO.
Quiero que luego el tratamiento del estómago haga efecto. Aunque quizá no vuelva a comer carne de vaca ni cerdo, ni lácteos. Pero qué difícil es dejar los huevos.
En fin, este ha sido el mejor día del año.
El mejor.