La muerte, asumo, no es una situación para la que estemos preparados.
Cuando se muere un ser querido, es quizá, uno de los procesos más complejos de enfrentar, y es un dolor muy difícil de explicar.
Como humana, me considero completamente tranquila con la muerte. Con la mía en estos momentos no tengo problemas. Con mis familiares, solo algunos me preocupan, y espero no tener que enfrentarla en tales casos.
Se murió mi segundo gato. No el segundo en la vida, sino el segundo que había decidido adoptar (esta última vez), y el que iba quedando. Murió cuando yo no estaba, de un ataque que quién sabe por qué le dio. Lo enterraron minutos antes de que yo llegara.
Es difícil superar esta muerte, pues de algún modo, este gato era mi única esperanza no-humana que me iba quedando, por la cual a veces se hacía más fácil levantarse por las mañanas.
Me cuesta escribir acerca del dolor que me provoca. Solo espero que esté bien en el cielo de los gatos.
Cuando se muere un ser querido, es quizá, uno de los procesos más complejos de enfrentar, y es un dolor muy difícil de explicar.
Como humana, me considero completamente tranquila con la muerte. Con la mía en estos momentos no tengo problemas. Con mis familiares, solo algunos me preocupan, y espero no tener que enfrentarla en tales casos.
Se murió mi segundo gato. No el segundo en la vida, sino el segundo que había decidido adoptar (esta última vez), y el que iba quedando. Murió cuando yo no estaba, de un ataque que quién sabe por qué le dio. Lo enterraron minutos antes de que yo llegara.
Es difícil superar esta muerte, pues de algún modo, este gato era mi única esperanza no-humana que me iba quedando, por la cual a veces se hacía más fácil levantarse por las mañanas.
Me cuesta escribir acerca del dolor que me provoca. Solo espero que esté bien en el cielo de los gatos.