Me tomo un momento para hacer una pausa de mi revisión maratónica de ensayos de III° medio para reflexionar sobre algo que me suena y resuena en la mente cada día que voy al Colegio, y es: ¿en qué momento?
¿En qué momento la sala de clases se transformó en un bar?, ¿en un comedor?, ¿en un centro de acopio?, ¿en un basural?, ¿en un centro de carga de celulares? Las cabras se pelean los cargadores y los enchufes. Y se enojan si uno se los desenchufa. Loco, los celulares están prohibidos por reglamento. Así como comer en la sala, decir groserías, faltarse el respeto entre las personas del Colegio... pero nada de eso les importa. Solo les importa su propio placer. Su propio beneficio. A veces creo que si les quitara los audífonos o los celulares, les estaría provocando una úlcera. A veces creo que si les tomara la comida y la botara al basurero, como otros colegas lo han hecho, me demandarían.
¿En qué momento el Colegio dejó de ser un lugar donde lo más importante era aprender?, ¿y preguntar?, ¿y reflexionar?, ¿y discutir? ¿En qué momento nos perdimos?
¿Cuándo va a ser el día en que las estudiantes vuelvan a mantener su espacio limpio y ordenado?
¿Cuándo va a ser el día en que las estudiantes vuelvan a expresarse en lenguaje culto formal, y evitando cualquier grosería, en vez de pedir constantemente perdón por lo groseras que son?
¿Cuándo vamos los profesores a volver a ser respetados?, ¿valorados?
¿Cuándo las estudiantes van a volver a acercarse al profesor que corresponde para resolver sus problemas, sin pasar a llevar a nadie, en vez de ir corriendo a informarle a todo Chile lo que el profesor "hizo", y por lo cual merece el castigo del infierno?
¿Cuándo el Colegio volverá a ser nuestro lugar feliz?, ¿mi lugar feliz?