Estuve viendo hoy la película: "A primera vista". Fue interesante el proceso del protagonista, que era ciego desde los tres años, que apenas pudo ver un par de cosas, y que fue ciego toda su vida, hasta que se operó, y entonces por unos meses pudo ver. Sus ojos veían, pero su mente no procesaba lo que veía. Y entonces volvió a perder la vista de nuevo, y para siempre. Y entonces vio mucho más de lo que sus ojos le dejaron ver.
Me hizo entender por qué al sentir la lluvia prefiero cerrar los ojos, y por qué al besar, también. Entonces pude entender por qué a veces no puedo evitar cerrar los ojos, y por qué otras veces no puedo evitar abrirlos. Pero al menos tengo la posibilidad de elegir.
Revalorizar estas cosas, ahora, que tengo la oportunidad de conocer otras realidades, a partir de la ficción de una película, me hace creer que muchos de nosotros preferimos no ver algunas cosas, y que de hecho, preferimos no escuchar nuestros instintos. Somos apenas unos pelotudos con todos sus sentidos, y que no necesitamos usarlos, porque igual seguimos siendo unos pelotudos.